-Adiós -me dijo el Milano-, adiós ya acabó el verano, si no
me das tu calor, seguiré mi rumbo al sur, más al sur aun buscando el vasto
remanso de la calidez que tu abrazos ya no quieren darme. Allí seguro que me
espera la vida que yo requiero.
-Aquí te estaré esperando.
-Volveré algún día a buscarte, con la esperanza en mis alas
de un abrazo más duradero o ,al menos, de otro verano juntos.