martes, 7 de marzo de 2017

Hola

¡Hola! ¿No me ves? Llevo años frente a ti, observándote, preocupándome por ti, intentando conocerte, intentando que me mires, intentando que me conozcas, quizás empezando a amarte. ¿Qué te ocurre? ¿Cuándo sonreirás por fin? Ya no me importa que no sea por mí, ni que me mires, solo levanta la cabeza y sonríe, solo recupera la luz de tus ojos, aunque pases por mi lado sin mirarme, aunque nunca sepas que yo estaba aquí, pero hazlo, así yo también podré ser feliz, quizás pueda apartar mi mirada de ti y seguir mi camino, pero ten por seguro que sonreiré cuando tú lo hagas y partiré cuando tú lo hagas, quizás al instante, quizás me cueste un tiempo recomponerme, pero lo haré, aunque nunca sepas nada, aunque no te importe, tu alma lo sabrá y la mía también. Fueron muchos años frente a ti.

Amor sin reglas

¿Y quién dice que acabó? 
¿Quién me obliga a su final? 
¿Quién con garras en los ojos y con aullidos en silencio puede subyugar el coraje de mi fuerte existencia? 
La sociedad, el tumulto, las leyes, normas y costumbres. Yo te amo porque sí, sin leyes, figuras ni formas, sin tácticas, reglas o estrategias, mi corazón no entiende de eso. 
Mi corazón solo entiende de ti.

Pasión

El brillo de tu mirada despertaba entre platillos el concierto del deseo, tus mejillas suaves como el cielo indicaban el camino de tu anatomía perfecta, marcando con tu barbilla dulce y redondeada el camino hacia el pecado. Tu cuello, oh tu cuello de locura y desenfreno, parada en el camino de la pasión y la lujuria, refugio de mis días, oasis de mi desconsuelo, oxígeno para mi cuerpo, dan paso a tus sensuales hombros, barranco hacia el abismo, soporte de nuestras vidas, de los que me tiro sin reparo hasta tus pechos, faros que me ciegan, pórtico de mi locura, mis ojos y mi alma ya perdieron el sentido, todo mi ser pasa a ser esclavo de tu cuerpo, tu cintura, tus nalgas, tus caderas, tu vientre, hasta tus manos, que podrían arrancar mi corazón en este momento y seguiría viviendo solo entre tu cuerpo.