miércoles, 19 de junio de 2013

Nostalgia

Sus ojos entonaban una triste canción de despedida. La noche amenazaba cual lobo sobre su presa, las nubes cubrían el manto de la luna y las estrellas se refugiaban bajo las alas del sol de la mañana. Él se aferraba a su muñeco mientras un sentimiento de desasosiego invadía su pecho. Las lágrimas corrían como riadas pero del mar de su mirada no afloraba ni una sola gota. El dolor le hizo mayor pero su cuerpo aún era pequeño. Se aferraba cada vez más fuerte a su peluche intentando exprimir los momentos que pudiesen quedar recogidos de ese día que acababa. Solo pensaba en el próximo día, el próximo momento, el siguiente encuentro. Vuelta a la soledad de multitudes, vuelta al orden impersonal, la fría compañía de almas abandonadas. Sólo quería un abrazo, una sonrisa, sentirse parte y a la vez ser uno. Deseaba una familia.

Protección

Lo abrazó, sentía los tímidos latidos en su cuerpo, un aura rodeaba ese instante, nada podía despertarlos de ese momento tan íntimo. Deseaban que nunca acabara, que esa dependencia por uno y esa protección por otra siempre permaneciese como custodio de un amor eterno. Pasaron los años y ese amor continuó, pero los roles fueron cambiando, ya no era protección-dependencia, ahora la relación se basaba en una protección mutua. Ella lo protegía y él a ella, ese amor era el mismo que el del primer día, esa sensación de pertenecer al otro, de ser parte viva del contrario, de ser dos partes del mismo ser. El respeto entre ambos aumentaba ese amor en admiración, el verse reflejado, el notar el calado de sus formas, el sentir el orgullo por su persona. Todo mejora, nunca hay decepciones. La protección sobre ella aumenta, sobre él siempre alerta, un cachorro siempre lo será a ojos de una madre. La madre siempre será protectora, confidente, defensora. El hijo será aprendiz, rebelde y protector, metamorfoseando con los años de un modo un tanto Kafkiano queriendo ser protector pero también ser protegido. La madre, seguirá custodiando aun cuando necesite protección, nunca baja la guardia, el lobo siempre huye, la madre vence.

viernes, 14 de junio de 2013

Nana

Duérmete niño mío, duerme como el mochuelo en su nido, duerme como los capullos de lirios, duerme. Niño acurrúcate en tus sábanas de seda fina, en tu pequeño colchón de miniatura, duerme niño, duerme. Cual ternerito naciente, cual borreguito en su lecho, duerme. No despiertes a este mundo de amargura, disfruta de tu inocencia, duerme niño, duerme. Sueña con pajarillos y mariposas, sueña con tus hermanos y tu madre hermosa, duerme. Deja que Morfeo te lleve de la mano por un mundo mágico y cree todo lo que veas, duerme. Cuando despiertes piensa que esto es sólo una pesadilla, que la realidad es sueño y la vida el intermedio.

viernes, 7 de junio de 2013

Cuento de primavera

Una mañana de primavera me disponía a salir a pasear. Lo hacía siempre que tenía oportunidad, el aire limpio y puro acabado de salir del horno de los pinos me daba un prisma nuevo sobre la vida, el primer sonido de la tierra, el más virgen de todos los posibles era el escuchado en aquellas caminatas sin destino ni final concreto. Todo podía ocurrir y nada al mismo tiempo, ambas opciones eran maravillosas.
Pero bueno como iba diciendo empecé con el paseo matinal, un recorrido usual por senderos y cañadas cercanas a mi casa, sembrados, ganado, pinares y hasta mar eran todos los paisajes que mis retinas deseaban y anhelaban ver en las próximas horas. Cual no fue mi sorpresa cuando aquella mañana me acompañaron más seres de la cuenta, un jilguero decidió seguir el mismo camino que yo había elegido, al rato de ir disfrutando del paisaje y las alabanzas de mi nuevo amigo se sumó a nuestro peregrinaje una bella mariposa, de colores como el fuego y de un danzar hipnótico. En fin continuamos los tres el paseo, yo caminando con una sonrisa notable, el jilguero cantando y la mariposa bailando. A los pocos metros noto que de un arbusto de lentisco sale algo que se desliza lentamente a unos pasos por delante nuestra, ahora una serpiente se une a nuestra fiesta, y sigue tan tranquila y relajada con nosotros, disfrutando más si cabe de tamaño espectáculo. Empiezo a pensar que todo esto se está tornando un poco siniestro, no me encuentro con flauta alguna ni en posesión de un hechizo encantador, únicamente quería pasear tranquilo, lo estoy haciendo pero esta vez en compañía, en muy buena compañía.
A partir de aquí empieza la cosa a desvariar un tanto cuando ya se acoplan al caminar un vasto ingente de animales e insectos como conejos, saltamontes, grillos, gatos, perros, una cabra descarriada y hasta un caballo que estaba pastando tranquilamente. Comienzo a reírme nervioso, pensando que tenía que ser una broma, pero por otro lado encantado de este nuevo giro que había dado mi vida en esta mañana de primavera en la que veo que casi una decena de animales deciden acompañarme en algo tan simple como dar un paseo. ¿Qué podía haber ocurrido para que este milagro sucediese? Me parecía increíble lo que me estaba ocurriendo y de momento pensé – Cojo el móvil y hago una foto porque nadie me va a creer cuando lo cuente.- Y al tocar el bolsillo me doy cuenta que lo he olvidado en casa.

Y entonces caigo en la cuenta que creo tener la respuesta a este suceso, la naturaleza me premia por volver al mundo real…o no.

miércoles, 5 de junio de 2013

Madre

Cantando, loca risueña de mis sueños helados, sigue cantando cual pajarillo naciente, cual jilguero en libertad y paloma de la paz. No puedo ni imaginar que la voz se te partiese, que tu cara de clavel por el girar de la vida negra y mustia se volviese. Oh mujer que me dio la vida y por mí la fue quemando, no quiero verte sufrir, solo charlar, cantar y reír. Prométeme reina mía que en dos, tres o cuatro días, tu bella cara y alegría crecerá en intensidad. No puedo sino pensar que un tiempo estarás pausada para coger energía y que en breve madre mía, tu luz volverá a brillar.

martes, 4 de junio de 2013

Primavera

La mañana amaneció lenta, las nubes parecían adormiladas, el viento no conseguía soplar. La desgana junto con el decrépito cantar de los pájaros enfermos, presagiaban algo oscuro en el despertar del día. Una hoja caída por el mandamiento del gris otoño arrancó la primera balada de una sinfonía que comenzaba. El director salía a escena, los músicos tomaban posesión, sin embargo el público se encontraba aun absorto en conversaciones sin fondo a las puertas de algo fuera de toda expectativa. Comienza la función y el estruendo de las primeras notas acaparan la atención dormida de los asistentes, todos corren a sus asientos para contemplar atónitos e incrédulos la obra que estaban teniendo el placer de sentir. Trombones, saxos, violines, tambores, piano y violonchelo. Todo un compendio de maravillas sonoras que hacen las delicias de todos los asistentes. No parece llegar la calma, el allegro se aviva y coronan los tambores unas notas coloridas. La sinfonía cambia de rumbo pasando a una tonalidad más baja, es el momento de los violines y flautas, los tambores pasan al descanso y el piano arranca un solo que hiela la sangre del más ardiente. Se intuye el final de esta sonata con el calor de sus notas, el crescendo de la melodía y la alegría de los oyentes. Por fin llegó la primavera y la orquesta nos deleita con la alegría correspondiente.

lunes, 3 de junio de 2013

Baila morena, baila

Baila morena baila, bajo la ardiente luna de verano, bajo las estrellas cantarinas. Las nubes corretean entrando y saliendo, las calurosas noches del estío, que maceran en tu cuerpo el sol del día, no descansan. Con tu pelo al viento, con tu sonrisa al aire, envuelven de magia los rincones de mi playa. La arena se vuelve azúcar, el mar es un dulce almíbar, la fresca humedad se vuelve miel para mis heridas. Suenan los tambores de fondo, las olas marcan el compás de la danza, la espuma en la orilla acompaña al ritmo de los darbukas. Las estrellas fugaces dan mortales en el cielo como acróbatas de circo buscando la perfección en sus giros. El universo acompaña mientras la morena baila. Morena sigue bailando, no pares, morena el mundo está absorto y no te atacan los males.  

domingo, 2 de junio de 2013

Manifiesto Vivos

Una bella mañana de invierno, el frio hacía sentirnos como grapados a las sábanas queriéndonos evitar el mal trago de salir de la cama. Ese día nos levantamos un poco con desgana pero con la conciencia del que se sabe caminante en amplio trecho, de un brinco nos ponemos en pie y, para animar el clima frio y húmedo, enchufamos, todo lo fuerte posible dadas las horas intempestivas, el equipo de música en el que comienza a sonar cualquier músico que nos anima. Y comenzamos el día con una sonrisa y fuerzas renovadas.
Nos duchamos y vamos a elegir la ropa que luciremos ese maravilloso día (es un día cualquiera pero seguro que será maravilloso). Serán unos vaqueros con una costura diferente, una camiseta con un diseño provocador o un traje de una tela innombrable, cualquier cosa nos hará sentirnos la persona más bella de la tierra en esa mañana.
Una vez arreglados, bien peinados y oliendo a flores, nos dirigimos a la cocina y mientras nos preparamos el desayuno vamos regocijándonos en los placeres que el primer bocado del día nos deleita, un aceite de un gusto exquisito, un pan amasado con amor, un café con un aroma que despierta a los dioses o un zumo de las naranjas mejor cultivadas que se puedan exprimir.
Con todo ello comenzamos el día trabajando con una energía pura.
Al llegar el medio día un amigo nos invita a comer a un restaurante, qué placer ese abanico de posibilidades a la hora de elegir nuestro almuerzo, esos platos con presentaciones apetecibles, olores suculentos y sabores de otro mundo, esos platos que intentaremos imitar en casa con más o menos acierto.
Volvemos al trabajo cual borrego al redil, con las ganas propias de cualquiera de nosotros a la hora de cumplir con las obligaciones a la hora de la siesta.
A media tarde nos surge un desenlace maravilloso para la dura jornada, una obra de teatro de cualquier compañía local interpretando sin duda algún maravilloso clásico, desconectaremos, no llevarán a otra época, nos harán sentir el Quijote, Hamlet o la mismísima Bernarda Alba, por un rato nos meteremos en el papel del que más nos guste y nos hará creer que somos ellos, harán algo mágico sin duda.
Al salir ya nos dirigiremos a casa divagando por el camino con los amigos sobre la obra, nuestros sueños, nos pararemos a contemplar cualquier dibujo en una pared, cualquier cartel de publicidad, cualquier edificio suntuoso.
Cuando llegamos a casa con la euforia de lo acontecido y aun sabiendo que al día siguiente toca madrugar nos echamos relajados al sofá y disfrutamos de un rato de nuestro libro de cabecera o de algún otro que tengamos a medio leer, listo para introducirnos en el mundo de Morfeo.
Con este pequeño cuento podemos reflejar como las disciplinas artísticas nos envuelven cada día sin siquiera darnos cuenta. Es tanta la necesidad y la utilidad que hacemos de ella que no somos ni conscientes. Pues con este acto hemos querido hacer ver la importancia de todos y cada uno de los que nos han querido acompañar hoy. El valor real y no el añadido que tiene la cultura para nuestro día a día, es algo tan importante que no se debería poder ningunear por vaciadores de cerebro en nómina.

Locura

Locura, aquella bendita locura de “señor pase primero”, esa locura de cantar por los rincones, un vaivén de charlatanes, callejeros y danzantes. La locura es la impuesta por radios y televisores, por aquellos que nos inculcan cual es la verdad cuerda, cual es el señor de la razón, lo parámetros del verso son vetados por las masas. ¿Cuál es el umbral diferencial en el que pasamos de cuerdos a locos? ¿Y de locos a cuerdos? Ay locura, bendito don del tiempo que nos hace ser felices, esa locura que cambia nuestro prisma, que desenfoca las arcaicas lentes de las gafas de la sociedad que te fuerzan la vista para reflejarte borrosas las maravillas de este mundo. Yo soy un loco de la palabra, de la canción, de la risa, de la vida. La locura es la envidia del infeliz. Soy un loco y orgulloso.

Te quiero

Apareció sudando bajo el umbral de la puerta, el brillo en su frente y la palidez de su rostro no presagiaban nada bueno, se tomó un instante antes de hablar, necesitaba recuperar el aliento para decir eso tan importante que le había hecho correr durante kilómetros. Ella se asustó, dio un respingo, se giró y soltó todo lo que tenía en las manos. Por un instante se le pasaron por la cabeza los peores presagios que su mente era capaz de alcanzar, inclinó ligeramente la cabeza hacia adelante como incitándolo a que hablara, él se tomo su tiempo y cuando hubo recuperado el pulso la miró sonriente y le dijo –Se me olvidó decirte algo- Ella aun asustada gritó – ¡Qué!- Y él le dijo mientras se acercaba rápido hacía ella - Te quiero.
No importa la distancia o el tiempo, nunca dejéis de decir esas dos palabras si las sentís, nunca sobran los “te quiero”, nunca sobra el amor, siempre faltan los besos.

Tiempo

El tiempo, efímero tic tac del reloj, vida serena y larga mecida por el viento de la incertidumbre, corta y estresante en realidad. El tiempo es juguetón y travieso, cuando quiere se hace eterno y cuando nosotros lo queremos se quiere ir. Pasan los días y las horas sin que le demos el valor que merece, hasta que le entran las prisas y queremos disfrutarlo. Para este mal del ser humano, para ese dejar pasar el tiempo, existe una solución, abrir los ojos, despertar y vivirlo, disfrutar con él de todo lo que nos da. El tiempo manda sobre la vida, la vida es frágil y excitante, el tiempo va como le viene en gana. Casemos el tiempo con la vida hasta que nos dejen. Intentemos que estén juntos muchos años, porque siempre llegará la disputa, el enfado y la ruptura. El tiempo dejará a la vida a un lado y seguirá su camino por otra senda. Vivamos la vida y el tiempo.

Corrí

Corrí. A la mañana siguiente, cuando me desperté a su lado, corrí, me levanté sigiloso, recogí mi ropa mientras ella, con su dulce cara angelical, permanecía ignorante a todo cuanto sucedía a su alrededor. Corrí para no volver a amarla, corrí como el que huye de la guerra, como animal que se siente perseguido, como víctima que huele a su verdugo. Mientras me vestía a toda prisa no podía dejar de contemplar su bello rostro, esa placidez que deseaba encontrar cada mañana al despertar. No quería amarla, pero lo deseaba profundamente. El miedo a volver a sufrir bloqueaba todos los deseos de sentir amor. El solo imaginar poder perderla me hacía no querer poseerla ni un instante. Corrí, me dirigí hacia la puerta y volví un instante la cara para retener la imagen que estaba a punto de rechazar para siempre, no entiendo por qué lo hice si lo que quería, lo que necesitaba y lo que había elegido era borrarla de mi vida, pues lo hice, miré por unos segundos la vida que estaba dejando atrás con la persona con la cual, quizás, permaneciese el resto de mi vida, o tal vez memoricé la cara de aquella que me destrozaría el alma. En cualquier caso siempre hubiera sido mejor sufrir y amar o amar y sufrir a no sentir nada y morir sin vivir.

Madurez

Se levantó una mañana y se miró en el espejo, los incipientes vellos en su rostro anunciaban lo que su edad ya venía anotando, se hacía mayor, pero ¿qué significaba eso? ¿Era sólo un mero cronógrafo de la vida? ¿Presagiaba que la fecha de caducidad se iba acercando lentamente? Ese niño que comenzaba a lucir los signos de la adolescencia no imaginaba en qué consistía todo eso en realidad, no era poder salir de noche, ir de fiestas, ligar con niñas y jugar a lo que la ficción les contaba que era ser “mayor”. Esto era el comienzo de la etapa más larga de su vida, ni la peor, ni la mejor, ni la más bonita, simplemente la más larga, los que tienen suerte.
Esta etapa consiste en responsabilidad, apariencia, obligaciones, alienación y monotonía, hay que ingeniárselas para escapar de ello y ser una persona con más edad pero conservar el alma de un niño.
Un niño es un alma pura, es la inocencia, la alegría, la sinceridad, no importa el qué dirán ni el cómo, cuándo ni por qué, sólo existe la felicidad, el afán de pasarlo bien, de reírse, es la expresión “qué aburridos son los mayores”, hay que conservar la mentalidad que nos hace razonar esa bendita frase, es necesario preservar las ilusiones, aunque sean descabelladas, las locuras de niños son la felicidad del adulto, hay que creer en lo increíble y confiar en lo que no vemos. Si algo puede ser ¿por qué no lo será?
Aunque vengan caudales de obligaciones, conviértelos en diversiones, si vienen preocupaciones, vívelas como una aventura, si vienen tragedias, tranquilo, en el final del cuento siempre ganan los buenos.

Hubo un tiempo

Hubo un tiempo en que la luz del sol cegó, en que la luna deslumbraba, en que las estrellas cantaban y en que el viento te acompañaba. Hubo un tiempo en que las flores se mecían junto al paso del levante, los árboles danzaban con las húmedas brisas del viento del sur, que el olor a bajamar sabía a cañaillas y ostiones, hubo un tiempo.
Aquel tiempo ya pasó, hoy el sol va con desgana, la luna aparece tímida, las estrellas tararean más que cantan, el viento va como forzado. Las flores que en otro tiempo formaban coreografía con los árboles bajo el sonido de las olas del mar que rompían en los bloques por tanguillos, hoy ya apenas levantan cabeza. Ya la bajamar sólo huele a podredumbre y miseria.
Cádiz ¿qué te hemos hecho?, Cádiz ¿de qué sirve cumplir tres mil años si tus hijos, nietos , bisnietos…, te abandonan?, Cádiz te salieron hijos rebeldes, Cádiz ¡despierta! Abre los ojos y dile al mundo quien eres, muestra tus puestas de sol, tus callejones, tus paseos, tus catedrales, muestra tus cicatrices, lo que antaño fuiste, enseña orgullosa que en otra época fuiste grande y lo más importante, que puedes volver a serlo. Cádiz levántate y demuestra lo que eres, demuestra lo que vales, de nuevo, porque te dejaste invadir, tú que venciste a imperios enteros, que nunca fuiste ni romana, ni francesa, tú que siempre fuiste gaditana.
Cádiz, deja ya la solea y cántame por alegrías, que ya está bien de llorar.

BIENVENIDA

Tras un tiempo escribiendo y publicando mis pensamientos en otra plataforma digital me recomendaron pasarme aquí, algo más seguro para mis escritos en la red. Así que aquí estoy lleno de ganas de compartir mis pensamientos, mis escritos y mis sentimientos con todo aquel que quiera leerme.

Comenzaré a pasar todo lo que tengo ya escrito poco a poco para que vayáis disfrutando o recordando.

Gracias a todos por formar parte de esto.

Joaquín Gómez
"La vida no es la que uno vivió sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla" G. G. Márquez